viernes, 30 de diciembre de 2011

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Aquele que alimenta os mortos




AQUELE QUE ALIMENTA OS MORTOS

Sublinhei um adjectivo num poema de Celan
que fala do tempo e da morte e foi
como se contornasse com giz a forma de um cadáver,
como se o servisse numa bandeja não sei a Quem ou ao Quê
(pois muitas são as bocas que nomeiam, mas só uma nos silencia).
Digo em voz alta esse adjectivo e o seu fantasma aparece,
vem até mim implorando que lhe dê novamente substância,
calor e casa; para que o limpe, o tire das ruas e lhe mostre
o que é feito do mundo e das suas sombras, as palavras.
E antes de ir dormir com o osso desse adjectivo entre os lábios
vou à janela e vejo o poema incompleto da noite,
penso num homem à procura de um adjectivo no fundo do Sena
ou do Tempo onde estão todas as vozes, todas as sombras.
E recordo então o que Kafka escreveu numa madrugada como esta:
Que enquanto os fantasmas engordam, nós morremos.


[Luís Filipe Parrado ha seleccionado y traducido al portugués para el nº 6 de la lisboeta revista "Criatura" cuatro poemas míos de Frecuencias y tres de Fundido en negro. Este es uno de ellos.]

lunes, 26 de diciembre de 2011

En la frontera: poesía española y posmodernidad



EN LA FRONTERA: POESÍA ESPAÑOLA Y POSMODERNIDAD


María Ángeles Naval (ed.), Poesía española posmoderna, Visor, Madrid, 2010



Al adentrarse en la edición de María Ángeles Naval, Poesía española posmoderna (VV.AA., Visor, Madrid, 2010), uno tiene la sensación primera de estar abriendo, uno a uno, los cajones estancos de un armario que, en su totalidad, sólo se podría definir y desarmar desde su propio interior oscuro. Lo que se ha venido denominando “posmodernidad” no es sino la amalgama de diversos planteamientos sin un encadenamiento teórico claro: en ese cajón de sastre abundan desde ideas nietzscheanas hasta conceptos del Pragmatismo anglosajón, todo ello regado con una terminología con base en Heidegger y en los existencialistas.

Ya adelanta José-Carlos Mainer en el prólogo que el inevitable marchamo de lo posmoderno trae consigo una cierta conciencia de transitoriedad, de pisar un terreno que se hunde constantemente bajo los pies. Como lo posmoderno no significa forzosamente lo “contrario” de lo moderno, sino más bien su desbordamiento (es la modernidad misma que en su autocumplimiento invierte sus particularidades y efectos culturales), justo es rebobinar un poco la historia de la reciente poesía española con el fin de situarnos en el inicio de la democracia en España y ganar perspectiva. En su artículo “Acordes del desconcierto: encrucijadas de la poesía española actual”, Ángel L. Prieto de Paula se aplica a ello con el suficiente rigor.

Empachada del culturalismo de la escuela novísima, la poesía española busca en los primeros 80 la vuelta al yo, a la intimidad, a la cotidianidad, al tono menor y confesional. En resumidas cuentas: a la petit historie. Es uno de los rasgos de identidad de la literatura posmoderna: la desconfianza en los metarrelatos y la sospecha de que la razón sólo ha sido una narrativa entre otras más en la historia; una meta-narrativa, sin duda, pero una de tantas. El discurso vanguardista pierde prestigio frente a un compromiso humano en el sentido más amplio de la palabra e irrumpe la “poesía de la experiencia”, etiqueta rescatada -con más o menos acierto- de la obra The poetry of experience de Robert Langbaum. Sin embargo, la falta de perspectiva ante una poesía tan reciente y la dispersión de modos y tendencias en los últimos años, hace que Prieto de Paula sucumba a la tentación de trazar un recorrido diacrónico de la última poesía haciendo uso y abuso de las antologías, desoyendo quizás aquello que decía Borges: “El tiempo es el mejor antologista, o el único, tal vez”.

El estudio de Prieto de Paula viene a completarse con otra síntesis paisajística, esta vez acerca de la poesía entendida como arma cargada de futuro: “Reglas de compromiso. Poesía para después de la batalla”. A nadie, a estas alturas, se le escapa que Luis Bagué es autor de un libro imprescindible cuando se trata de acotar la poesía comprometida: Poesía en pie de paz (Pre-Textos, Valencia, 2006). Bagué articula esa poesía de denuncia social desde el concepto de posmodernidad: fin de los grandes relatos (y, por tanto, de la historia) en favor del fragmentarismo, victoria del “pensamiento débil” como proclamaba Gianni Vattimo, elogio del simulacro y de la tecnología de la información en un mundo globalizado y definitivamente on line, etc.

Arma cargada de futuro, pero también de pasado. Si la modernidad rompe con la tradición clásica, la posmodernidad permite no sólo recuperarla sino revisarla, actualizarla, trasponerla a un escenario contemporáneo y urbano. Los textos y autores que estudia Francisco Díaz de Castro no reciclan las citas y los mitos del mundo grecolatino para prestigiar sus propias obras, sino que su afán va más allá de la simple imitatio o del puro homenaje: intertextualizan, trivializan, recrean, deconstruyen, transgreden.


Uno de los principios de la crítica posmoderna siempre fue el particularismo antitotalizador. Desde el doble punto de vista lingüístico y territorial, la atención a la poesía peninsular en lengua no castellana tiene su botón de muestra en el repaso que Jon Kortazar hace de la reciente poesía vasca. Repaso tan ameno como interesante y necesario, dada la indebida y raquítica visión de conjunto que, en general, se tiene de la poesía vasca en el resto del estado español (lo mismo puede decirse de la poesía escrita en catalán, en gallego o en asturiano). Desde Gabriel Aresti hasta Kirmen Uribe, el lector tiene oportunidad de subsanar lagunas y equilibrar el “debe” y el “haber” en su contabilidad de nombres vascos contemporáneos.

Otro recorrido por la historia, la de la poesía española del realismo posmoderno, es la apuesta de María Ángeles Naval. Su intención no es otra que cruzar líneas de interpretación (que no de intervención) en los nombres y modos de afrontar ese realismo. Realismo que tiene como punto de partida aquella otra sentimentalidad de principios de los 80 para centrarse en la figura de Luis García Montero y estudiar dos líneas de actuación en su poesía: historia entendida como discurso intelectual y como discurso sentimental. El estudio de Ángeles Naval adquiere especial relevancia para entender las relaciones que se establecen entre historia y sujeto, poesía como memoria biográfica y -por otra parte- abierta decididamente a la ficción. Su artículo se completa con el nombre que focaliza el realismo poético de los años 90 en España: Roger Wolfe. Nadie como él ha sabido plasmar el desmoronamiento de la modernidad como proyecto histórico. La posmodernidad se instala definitivamente en la poesía española.

Pero a estas alturas del libro uno comienza a impacientarse un poco, a sentirse abrumado por el ir y venir de líneas teóricas y recuentos que tienen bastante de listín de páginas amarillas. Desea acceder a la praxis, comprobar de primera mano cómo algunos rasgos de la pretendida posmodernidad se articulan en los textos. Por fortuna, Carlos Marzal, Lorenzo Oliván y Manuel Vilas acuden al rescate como antes lo hizo Francisco Díaz de Castro. El primero, desde esa atomización conceptual del pensamiento que es el aforismo y que, en muchos casos, funciona como motor mismo del poema. El segundo, Lorenzo Oliván, trazando una genealogía poética que le ha permitido configurar su personal ideal poético (ese “ojo que piensa”) desde el tratamiento del fragmento. Y, por último, Manuel Vilas: su brillante disertación acerca del poema en prosa como doble agente infiltrado y como respuesta a la crisis de la subjetividad pone de relieve que, felizmente, existe un terreno fronterizo que la última poesía española ha conquistado y no está dispuesta a devolver.


Jesús Jiménez Domínguez
Reseña publicada en el nº 100 de la revista “Turia” (diciembre, 2011)

sábado, 24 de diciembre de 2011

Una vieja fotografía (János Pilinszky)



UNA VIEJA FOTOGRAFÍA
(POR JÁNOS PILINSZKY)

En la fotografía, yo con tres años.
En el reverso, una anotación que hice
con ocho. Y ahora yo
que, con veintiuno, miro la fotografía.
Los tres nos saludamos
y nos damos la mano, distantes.


[Versión al castellano: Martín López-Vega]

jueves, 22 de diciembre de 2011

La escala de fuego (Dana Gioia)

LA ESCALA DE FUEGO
(POR DANA GIOIA)

-----Jacob
nunca ascendió por la escala
que ardía en su sueño. El Sueño
lo hundió como a una piedra
en el polvo,
-----y cuando
debía haberse levantado
como una llama para unirse
al coro aquel, estaba tan harto
de viajar,
-----que cerró
los ojos ante los Serafines
que ascendían, ajeno
a la longitud increíble
de sus zancadas,
-----así que no pudo verlos
trepar por la resplandeciente
escala que poco a poco se desvanecía
en la luz difusa
de las estrellas,
-----dormido
como estaba del todo, piedra
sobre una almohada de piedra,
tiritando, la Gravedad
siempre mayor que el deseo.





Michael Dana Gioia (Hawthorne, EE.UU, 1950) se retiró muy pronto de su carrera como ejecutivo de una multinacional de la alimentación en busca de un alimento más espiritual: la poesía. Integrante de aquel Nuevo Formalismo norteamericano de mitad de los años 80 que propugnaba un retorno a las formas tradicionales y a una poesía de tono confesional, Dana Gioia no ha sido muy prolífico en cuanto a obra poética publicada: tres poemarios en veinticinco años. Es autor hasta la fecha de los libros de poesía Daily Horoscope (1986), The Gods of Winter (1991) e Interrogations at Noon (2001), además de un ensayo -tan clarividente como controvertido- que lleva por título un significativo Can Poetry Matter? (1991). En él, Gioia viene a respaldar a Wallace Stevens, quien afirma que "el propósito de la poesía debe ser el de contribuir a la felicidad del hombre", pero añade que "el resto de la sociedad ha olvidado mayoritariamente el valor de la poesía”. Y prosigue en tono jocoso: “Para el simple lector las discusiones acerca del estado actual de la poesía suenan como a debate de política exterior por parte de inmigrantes en una cafetería de mala muerte. O, como lo describiera más acremente Cyril Connolly: Poetas discutiendo de poesía moderna: chacales gruñendo alrededor de un pozo vacío".

Como presidente que fue del N.E.A. (National Endowment for the Arts), Dana Gioia se aplicó a la tarea de intentar salvar la poesía de ese pozo. También Octavio Paz, antes que él, había proclamado que la poesía debía abandonar el espacio de las catacumbas. Pero, ¿cómo? La poética o declaración de intenciones de Dana Gioia está fielmente esbozada en la composición "The next poem", de su libro The Gods of Winter. Allí se lee: "Nada de revueltas cajas de imágenes / volcadas con desgana en el regazo del lector / ni basura embalada con elegancia / que los incautos debieran desenvolver. // Sino palabras que dirigirías a un amigo / de un lugar rigurosamente desconocido".








[Versión al castellano: Jesús Jiménez Domínguez. Publicado en el nº 96 (noviembre-diciembre, 2011) de la revista Clarín]

martes, 20 de diciembre de 2011

El cuenco (Jean Monahan)


EL CUENCO
(POR JEAN MONAHAN)

Cuando está entero es sólo la mitad.
Jamás llegará a ser nada más
que eso: un hemisferio con rayas
azules por debajo del borde.
Fue hecho para contener, un lugar
donde mezclar y frotar suavemente
la harina contra la leche. Apretujado
contra un seno, el interior de un codo
o henchido como un vientre y agarrado
por una mano, engendró la torta,
el pan o la sopa incapaz de definir
su forma, de conferirle
un sabor. Recién enjuagado, permanece
en una repisa, listo para usarse de nuevo.
Apenas se rompe, se reproduce
en quince nuevos cuencos, cada uno
con su respectivo borde. Los arrojamos
a la basura para que nadie se corte,
donde podrán dormir su último sueño
entre los alimentos que una vez acogieron.


[Versión al castellano: Jesús Jiménez Domínguez]

domingo, 18 de diciembre de 2011

Chica cabalgando entre girasoles (David Allan Evans)


CHICA CABALGANDO ENTRE GIRASOLES
(POR DAVID ALLAN EVANS)

Perfectamente erguida,
feliz pero ensimismada,
sostiene en una mano,
ligeras, las riendas del verano:

el verde de los árboles y de los setos;
el azul celeste del lago;
el rojo de su chaqueta
de cuello abierto, el castaño
de su pelo recogido,
y su caballo en el amarillo
recóndito de los girasoles.

Cuando se detiene a descansar,
el verano descansa.
Cuando decide marchar,
marcha el verano
colina arriba.


[Versión al castellano: Jesús Jiménez Domínguez]

viernes, 16 de diciembre de 2011

Cruzando el charco


Se edita estos días el libro Winnipeg: poesía chileno española contemporánea (Ediciones Santiago Inédito, Santiago de Chile, 2011), donde tienen cabida algunos poemas míos.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

lunes, 12 de diciembre de 2011

Este poema no te quiere (Mihalis Ganas)




ESTE POEMA NO TE QUIERE
(POR MIHALIS GANAS)

Este poema no te quiere
porque aquel que lo escribe te desea.

Este poema se retuerce
como una serpiente herida
y se vuelve contra ti: ten cuidado.

Sabe bien que si vences
perderá al esclavo que lo escribe
y a sus brazos errantes
y permanecerá siempre vacilante.

Este poema -ten cuidado-
escapa y rueda libre,
te quiere matar. Sabe que de otra manera
no puede encontrar
descendientes, un final tranquilo, páginas en blanco
donde se moverá una oscura mano, la mía,
mientras yo persigo este poema
consagrado a postrarse ante ti.


[Versión al castellano: Jesús Jiménez Domínguez]

sábado, 10 de diciembre de 2011

Las manos (Edvard Kocbek)

LAS MANOS
(POR EDVARD KOCBEK)

He vivido entre mis dos manos
como entre dos bandidos,
cada una de ellas ignoraba
cuanto hacía la otra.
La mano izquierda era imprudente de corazón,
la mano derecha inteligente por su destreza.
Si ésta tomó, aquella extravió.
Se escondieron la una de la otra
y lo dejaron todo a medio hacer.

Hoy que huyo de la muerte
y caigo y me levanto y vuelvo a caer
entre las espinas y las piedras,
se encuentran las dos ensangrentadas.
Las extiendo con los brazos en cruz
como el candelabro grande de una iglesia,
portando testimonio con idéntico ardor.
Duda y Fe ardiendo en una sola llama,
elevándose con ardor en las alturas.


[Versión al castellano: Jesús Jiménez Domínguez]

jueves, 8 de diciembre de 2011

Autobiografía (Dan Pagis)


AUTOBIOGRAFÍA
(POR DAN PAGIS)

Fallecí al primer golpe y fui sepultado
en un pedregal allá en el campo.
Un cuervo mostró a mis padres
qué hacer conmigo.

Si mi familia es célebre,
no poco honor me pertenece.
Mi hermano inventó el asesinato,
mis padres inventaron la pena,
yo inventé el silencio.

Después tuvieron lugar acontecimientos bien conocidos.
Nuestros inventos fueron perfeccionados. Una cosa llevó a la otra,
se dieron órdenes. Hubo quienes asesinaron a su manera,
en su propia aflicción.

No diré nombres
por consideración al lector,
al principo los detalles horrizan
pero después son muy aburridos:

puedes morir una, dos, incluso siete veces,
pero no se puede morir un millar de veces.
Yo sí.

Mis redes secretas llegan a todas partes.
Cuando Caín comenzó a multiplicarse sobre la faz de la tierra,
yo empecé a multiplicarme desde el vientre de la tierra,
y ha sido desde entonces mi fuerza mayor que la suya.
Sus huestes le abandonaron para seguirme
y sólo esto constituye la mitad de la venganza.


[Versión al castellano: Jesús Jiménez Domínguez]

martes, 6 de diciembre de 2011

Ha estado en la vendimia (Juan Antonio González-Iglesias)



HA ESTADO EN LA VENDIMIA
(POR JUAN ANTONIO GONZÁLEZ-IGLESIAS)

---------------------------------------para mi madre

Ha estado en la vendimia. Dice que se parece
a un ejercicio zen.

“Primero todos gritan, están como excitados.
Como si presintieran una embriaguez futura
mientras se distribuyen por la tierra. Tú mismo
oyes y dices cosas que jamás imaginaste.
Te pierdes en tu surco, cada uno en el suyo,
manejas la hoz pequeña, vacías los capazos
en el remolque. Vuelves a tu lugar y entras
en un silencio enorme. Las horas, los minutos
dejan de numerarse, sería tan inútil
como contar las uvas, pero al final del día
sabes exactamente qué partes de tu cuerpo
van a dolerte”.

Ha estado en la vendimia.
Dice que se parece a un ejercicio zen.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Criatura. Nº 6. Novembro 2011

Ana M. P. Antunes, David Teles Pereira y Diogo Vaz Pinto dirigen esta revista lisboeta de poesía en la que, por tercera vez, tengo la satisfacción de aparecer con varios poemas propios traducidos al portugués por Luís Filipe Parrado.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Las palabras (Dana Gioia)


LAS PALABRAS
(POR DANA GIOIA)

Al mundo no le hacen falta las palabras. Sabe pronunciarse
en rayos de sol, en hojas, en sombras. Las piedras del camino
no son menos reales por yacer innumerables y sin catalogar.
Las hojas hablan con soltura el idioma de ser y nada más.
Un beso es un beso completo aunque ninguna palabra lo diga.
Y una palabra lo convierte en algo más pequeño o en otra cosa—
indebido, casto, rutinario, conyugal, disimulado.
Aun llamándolo beso delata la ansiedad de las manos
que tantean la piel o se ciñen a un hombro, la lenta inclinación
del cuello o la rodilla, el contacto de dos lenguas en el silencio.
Pero las piedras son menos reales para quienes no son capaces
de nombrarlas, de leer las mudas sílabas enterradas en el sílice.
Ver una piedra roja es menos que verla como un jaspe—
cuarzo metamórfico, pariente del pedernal que los Kiowa
afilaron para sus flechas. Nombrar es conocer y perpetuar.
La luz del sol no precisa aprobación cuando atraviesa los nubarrones
y unge con su claridad las hojas y las rocas, evaporando luego
cada gota cristalina para devolverla a las nubes que la engendraron.
La luz del día no precisa elogios, y sin embargo siempre la elogiamos—
es superior a nosotros y a todas las palabras etéreas que logramos reunir.


[Versión al castellano: Jesús Jiménez Domínguez. Publicado en la revista de poesía "Isla de Siltolá", números 5-6, Sevilla, 2011]