lunes, 25 de agosto de 2014

Para uso diario (Margareta Ekström)




PARA USO DIARIO
(UN POEMA DE MARGARETA EKSTRÖM)

Si la vida no fuera tan insustituible
acaso nos atreveríamos a usarla.
Pero la arrinconamos en el estante
como un vistoso par de zapatos
que son bonitos para verlos,
pero no para el uso diario.
Y así seguimos, sentados aquí
y allá en una expectativa descalza.


[Versión al castellano: JJD]

lunes, 18 de agosto de 2014

Restos (Mark Strand)


RESTOS
(UN POEMA DE MARK STRAND)

a Bill y Sandy Bailey

Me vacío de los nombres de otros. Vacío mis bolsillos.
Vacío mis zapatos y los dejo al borde del camino.
De noche, retraso los relojes:
abro el álbum familiar y me miro como niño.

¿Qué importa? Las horas han hecho lo suyo.
Digo mi nombre. Digo adiós.
Las palabras se siguen unas a otras, viento abajo.
Amo a mi esposa, pero le digo que se marche.

Mis padres se levantan de sus tronos
en los lechosos aposentos de las nubes. ¿Cómo puedo cantar?
El tiempo me dice qué soy. Cambio y soy el mismo.
Me vacío de mi vida y mi vida permanece.


[Traducción: Beverly Pérez Rego]

lunes, 11 de agosto de 2014

El trapiche (Lêdo Ivo)


EL TRAPICHE
(UN POEMA DE LÊDO IVO)

Quieres que guarde para ti el rocío.

Pero, ¿cómo guardar lo que se deshace
al sol, como el viento, el amor y la muerte?
¿Cómo guardar los sueños que soñamos
cuando caminamos despiertos
por la oscuridad sin nadie a nuestro lado?
¿Y los susurros de labios encantados
más allá del muro? ¿Y la mala hierba que crece
en la pista del aeropuerto? ¿Y la mancha brotada
en la piel del mango ya maduro?
¿Cómo guardar la brisa que silba
en la cubierta de un navío? ¿Y el vuelo de un pájaro?
¿Y la barca abandonada que, flotando por el río,
viene a detenerse bajo el puente?
¿Cómo y por qué guardar un arnés oxidado
y la ceniza de la quema agrícola
y la lluvia que llovía y el viento que ventilaba?
La nada guardaremos, nosotros que somos
el granero de todo, el arcón y el trapiche.
El rocío, que es eterno, se evapora
llegada su hora. Nuestros sueños,
fielmente, nos guardan en sus tumbas.


[Versión al castellano: JJD]

lunes, 4 de agosto de 2014

Epílogo (Florin Iaru)


EPÍLOGO
(UN POEMA DE FLORIN IARU)

Paso por todo esto a alta velocidad de tristeza
cuando -¡zas!- una autoestopista de demencial belleza
me hace una señal luminosa que ahoga mis ojos.
Freno al instante. Bajo. No estoy lejos.
Piel de oro con alquitranada montura.
Su boca -roja epilepsia desnuda.
Las tetas -trazadas con un compás y llenas
de gas hilarante- para mí están hechas.
¡Por fin! ¡Volcar algo vivo en la hierba aplastada!
Tiro de cremalleras, escudriño y el hocico meto
en esa carne que se me abre por completo
silabeando mi ser, sobresaltada.

Al levantarme, mullido y sin ideas el día flota.
La lujuria me ata al cuello su pañoleta.
-¿En serio te ha gustado?
-¡Con locura, belleza! ¡Adiós!
Silbo despreocupado...
Aumenta la velocidad...
en el retrovisor
la muerte satisfecha se ríe en un arcén con sol.


[Traducción: Catalina Iliescu Gheorghiu]