MORIR APRESURADAMENTE
(POR LULJETA LLESHANAKU)
Van muriéndose uno tras otro;
echar tierra sobre ellos se ha vuelto tan natural
como echarle sal a la comida.
Son todos de la misma generación, mi familia,
o más exactamente, de la misma época,
y los hijos de una época son como los perros de un trineo:
en su búsqueda del oro
o corren todos o se desploman juntos.
No es matemática,
más bien un peine, un peine que domara un cabello rebelde
después de un loco amorío, frente al espejo.
[Versión al castellano: Jesús Jiménez Domínguez]
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