CAFÉ DANTE (NUEVA YORK)
Cuatro camareras hablan con la música de la isla de Malta.
Frente al ventanal están cavando un hoyo en la calle,
y las vergüenzas del mundo se ven en el hueco.
Como un borrachín, con ropas cambiadas, sucio.
Un superviviente se pone los binoculares
sobre sus delgadas piernas y mide líneas rectas
a través de todo, como a través de un vacío desierto.
Y una joven en una mesa cercana
le dice a otra: Tengo un pequeño papel
en una nueva obra: entro en la habitación,
la atravieso y salgo por el otro lado.
Dice esto y se levanta para irse.
Quédate aquí, quédate cerca de mí,
quédate por lo menos hasta que una profecía se cumpla.
No me oye. Se va, y yo me quedo, la mitad del pastel
en el plato y la mitad dentro de mí.
La cuchara caída en el suelo.
Algunas veces un hombre se agacha a coger algo
que cae de su mano, y cuando se levanta
el mundo ha cambiado.
[Traducción de Martín López Vega, quien también escribe esto del poeta: Como para Chateaubriand, para Amijai cada día es un adiós; un adiós a las cosas que se llevó el día de hoy -que es el de ayer-, a las que seguramente no traerá el mañana. Dicen dos versos suyos: "La mayor parte de nuestra vida son elegías por lo que hubo / y lamentos por lo que no habrá"].
Grandísimo poeta, las traducciones en hiperión y en la poesía señor hidalgo son directamente del hebreo por Raquel García Lozano.
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