Cosas (redondas) con las que estoy muy a favor y que le dejan a uno
la sonrisa puesta para todo el fin de semana, porque dan cuenta de que
la poesía no está herida de muerte (antes al contrario: además de ayudar
a conocernos a nosotros y al mundo en que vivimos, nos acerca los unos a
los otros, nos pone en sintonía).
Recibo un correo electrónico
desde el IES "Zurbarán", de Badajoz (ciudad en la que, ahora que lo
pienso, nunca he estado). El correo lleva adjunto un archivo que resulta mejor que cualquier premio y cualquier buena reseña literaria en un suplemento cultural.
La carta recibida dice:
Buenos días, Jesús.
Le escribo unas palabras de explicación para acompañar el envío del vídeo sobre "Contra las cosas redondas" de nuestros alumnos de 2º de bachillerato. Aunque bien modesto, ha sido para ellos y para Ángeles un trabajo intenso, y me consta que elaborado con todo el corazón (no podía ser de otro modo); imagino que le gustará echarle un vistazo y tal vez escuchar cómo resuenan sus versos tan lejos y tan cerca de Aragón, con acento extremeño.
Ángeles G. es esta profesora extraordinaria y vitalista que consigue sacar tanto bueno de sus alumnos; queríamos empezar a trabajar con ellos a medio camino entre su asignatura y la mía, Lengua y Literatura. Este curso yo estaba decidido a echar el resto con la poesía para que no se convirtiera un año más en una lista de nombres y obras ilustrados con algún poema que otro. Me estaba preguntando cómo me las apañaría para conseguirlo cuando leí su estupendo poema en el blog de Álvaro Valverde y le propuse que empezáramos por aquí; a ella y a los alumnos este comienzo les pareció mejor que bien.
En el entretanto, montando una tarde en bicicleta se me averió el corazón y hubo que ponérmelo a punto, y el mensaje de ánimo que recibí de parte de ellos en el hospital fue precisamente el vídeo que le envío y que todavía vuelvo a ver y a escuchar tan atento. Un guiño que me ha hecho pensar mucho en las formas en que se nos presentan, pensamos o aceptamos las cosas que nos pasan. Y una vez más, los alumnos dando lecciones…
No han querido que figurasen créditos, dedicatorias, referencias o explicaciones y está tal cual.
Reciba un abrazo de quien, por la complicidad entre quien escribe y quien lee, le siente cercano. De corazón.
Buenos días, Jesús.
Le escribo unas palabras de explicación para acompañar el envío del vídeo sobre "Contra las cosas redondas" de nuestros alumnos de 2º de bachillerato. Aunque bien modesto, ha sido para ellos y para Ángeles un trabajo intenso, y me consta que elaborado con todo el corazón (no podía ser de otro modo); imagino que le gustará echarle un vistazo y tal vez escuchar cómo resuenan sus versos tan lejos y tan cerca de Aragón, con acento extremeño.
Ángeles G. es esta profesora extraordinaria y vitalista que consigue sacar tanto bueno de sus alumnos; queríamos empezar a trabajar con ellos a medio camino entre su asignatura y la mía, Lengua y Literatura. Este curso yo estaba decidido a echar el resto con la poesía para que no se convirtiera un año más en una lista de nombres y obras ilustrados con algún poema que otro. Me estaba preguntando cómo me las apañaría para conseguirlo cuando leí su estupendo poema en el blog de Álvaro Valverde y le propuse que empezáramos por aquí; a ella y a los alumnos este comienzo les pareció mejor que bien.
En el entretanto, montando una tarde en bicicleta se me averió el corazón y hubo que ponérmelo a punto, y el mensaje de ánimo que recibí de parte de ellos en el hospital fue precisamente el vídeo que le envío y que todavía vuelvo a ver y a escuchar tan atento. Un guiño que me ha hecho pensar mucho en las formas en que se nos presentan, pensamos o aceptamos las cosas que nos pasan. Y una vez más, los alumnos dando lecciones…
No han querido que figurasen créditos, dedicatorias, referencias o explicaciones y está tal cual.
Reciba un abrazo de quien, por la complicidad entre quien escribe y quien lee, le siente cercano. De corazón.
J. H.
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