sábado, 8 de enero de 2011

Luna Miguel, poesía (ins)urgente

Poetry is not dead, Luna Miguel
DVD Ediciones, (Barcelona, 2010)
Premio de poesía Hermanos Argensola
Portada: Jesús Jiménez Domínguez

Si, como se nos ha ido vendiendo insistentemente, es connatural a la poesía atender a lo esencial, a lo perdurable y a lo humanamente espiritual, ¿cómo podrá ésta (la poesía) sobrevivir a estos tiempos nuestros tan superficiales, tan vertiginosos, tan monstruosamente materialistas? ¿Sirve la poesía para nuestras vidas o se ha convertido en un curioso anacronismo de museo, en un viejo instrumento inservible?

Como si de una vieja cazadora reversible se tratara, Luna Miguel le da la vuelta al epitafio punk de principios de los ochenta para certificar -después de sus más que lógicas dudas- que no hay autopsia posible, que la poesía no está muerta sino viva, muy viva. A pesar de todo.

Hegel pensaba que el hastío social es ese momento muy sordo, aunque dramático, por el que pasan todas las civilizaciones y en el que aparentemente parece que no ocurre nada. Y, sin embargo, por debajo se está gestando un cambio, una evolución, una tormenta social. Es obvio que algo, que antes parecía subterráneo y hacía temblar los cimientos de la poesía española más acomodada, ha emergido ya con denodada fuerza. Luna Miguel es sólo un eslabón, uno más, de una larga cadena de acontecimientos poéticos (se me ocurren nombres y maneras muy diferentes entre sí: Pablo García Casado, David González, Manuel Vilas). No más poesía aséptica, neutra y “bienpensante”, parecen decirnos estos poetas desde la urgencia manchada de sus versos. Luna no es una excepción: “Cuidado. / Muerdo”, nos advierte en el poema inaugural del libro. Y así es.

Roger Wolfe, el precursor poético en la década de los 90 de aquel dirty realism a la española, consideraba que adentrarse en un poema es como entrar en un edificio en llamas. Un lance arriesgado del que nadie sale o debería salir indemne. Esta máxima la firmaría (la firma) Luna Miguel en Poetry is not dead. Es la suya una poesía rabiosamente actual, urgente, exhibicionista y hasta narcisista (aunque la mirada voyeur asome en poemas como “Red Bull sin azúcar”), y a menudo enraizadamente existencialista cuando no nihilista (“En mitad de la nada el hipo es mi discurso”).

El individualismo exacerbado de su voz poética, enfrentada a un sistema social que nos pretende uniformados, no ofrece sin embargo salida alguna: “Qué le vamos a pedir al poema sino una piedra de coca”. Luna no pretende ser la salvadora de nadie ni de nada, ni siquiera de ella misma. Se limita a constatar los síntomas de una sociedad enferma en lo más profundo. Huye de lo política y poéticamente correcto (“Decir con rabia todo lo que no debo”) porque su poética no es la de la caricia sino la de la sacudida.

“La poesía contemporánea es una lucha por respirar”, decía ya Tadeusz Rozewicz, y así lo entiende también Luna Miguel. No es poco en estos tiempos de asfixia vital y competitiva. Tiempos de frustraciones, de miedos, de una profunda soledad que subyace bajo el falso optimismo de nuestras tecnologías de comunicación. De ahí la imperiosa necesidad de la poesía. Por eso, más que nunca, Poetry is not dead.

Jesús Jiménez Domínguez
Heraldo de Aragón, 06-01-2011

4 comentarios:

  1. que son tiempos de cambios, es obvio, y la poesía no iba a ser menos, es más debería ser (y para algunos lo es) punta de lanza. No cabe duda que de la abundancia nunca surgió nada bueno (y menos poéticamente hablando), así que podemos prever un futuro esperanzador, al menos, para ella.

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  2. Creo que debaríamos escribir más sencillo para llegar a todo el mundo.La poesía esta viva de echo cada vez hay más poetas sobre todo Hispana.

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  3. He leído el poemario de esta poeta y mis conclusiones, llámalas gusto, son contrarias a las tuyas.

    Dejadez formal, abandono de toda pretensión de ritmo, carencia de imágenes, sosez, disposición de frases al modo de poema para que quede más resultón, vacío completo de sentido, una tomadura de pelo.

    Quiero imaginar que los jóvenes pueden y escriben de una manera más...poética. Es que Roger Wolf es mejor en los 80-90 que esta andanada punki medio analfabeta. Igual me estoy perdiendo algo, o que me estoy haciendo muy mayor...

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