CUMPLEAÑOS
Lo mismo que un sonido no se conduce
con idéntica velocidad en el agua y en el aire,
está probado que los años no discurren
de igual modo en el corazón y en la cabeza.
¿Alguna vez tu cabeza pensó que tenías cuarenta
mientras tu corazón sentía varios menos?
Por mucho que sumen y repasen sus cuentas
acaban siempre discutiendo sin ponerse de acuerdo.
Lo dijo Émile Chartier de otra forma:
El tiempo es corto para el que piensa,
e interminable para el que desea.
Corazón y Cabeza, extraños vecinos que se encuentran
y se saludan recelosos: ciego uno, sordo el otro.
Enemigos íntimos que, invariablemente,
sigo invitando en mis días de cumpleaños.
Sólo un instante coinciden en la escalera:
mientras el primero sube de comprar las velas
el segundo baja con la digestión ya hecha.
Jesús Jiménez Domínguez, Frecuencias (Visor, 2012).