lunes, 31 de julio de 2017

Pliego de condiciones de la casa (Luis Garde)









PLIEGO DE CONDICIONES DE LA CASA
(UN POEMA DE LUIS GARDE)

No
si no tiene alas de goma y ruedas de pluma.
Si no sabe navegar por las calles,
si sus habitaciones no son navegables.
Si el viento no hincha las velas gastadas
de las camisas tendidas en los balcones.
Si los motores bajo las camas
no están engrasados con intenciones realizables;
tampoco si el fondo de los espejos
hermosea las caras de los inquilinos.

No
si su genealogía
no está dibujada
con hojas de una sola estación,
con brotes podables e injertables;
si no se invalidan los derechos de primogenitura,
si la casa no es capaz
de dar a luz otra casa.

No
si el tejado no tiene agujeros
del tamaño de aves migrantes
y a la medida de nuestras cinturas,
si las paredes no son móviles y provisionales;
si las vigas no asimilan el temblor de nuestras manos,
si al huésped
se le pide un peaje no acordado,
no
si al pintar las manchas oscuras de las paredes
se ocultan los sueños más húmedos,
si los ángulos rectos no se curvan con el calor de los cuerpos,
si las ventanas no son más amplias que las paredes,
si las puertas no son plantas regables
y si los cimientos no son tan líquidos como la palabra labio,
si las raíces no son capaces de hundirse o de brotar
a golpe de latido de la arena movediza o del agua no estanca.

No firmaré,
ya no defenderé más, amigos,
ese lugar contra la tormenta
y ese tiempo de tormenta
que llamamos casa
si no la vamos construyendo
de acuerdo a los comportamientos cambiantes,
con daños razonablemente llevaderos,
de la mecánica de fluidos.

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