martes, 14 de julio de 2009

Los relojes del British Bar de Lisboa (traducción al portugués)

Interior del "British Bar", en Lisboa


OS RELÓGIOS DO BRITISH BAR DE LISBOA

No British Bar os ponteiros dos relógios giram ao contrário
e Lisboa inteira se submerge como um nadador
que se aventurara de noite contra a corrente.
No British Bar um excesso de álcool e de tristeza
(esse clima triste que todos absorvem ou amortalham)
rebobina o sangue nas veias e no final, algo bêbado,
pedes a conta como quem coloca grades à sede.
E vês o empregado acudir e encalhar em suas saudades
porque não se enquadram os números da fatalidade:
o tempo se lhe enreda sem remédio entre os dedos.

E sais, saio do British Bar e como por magia
me encontro de repente numa rua desconhecida
com cinquenta, cem anos menos e o mundo mudou
o mesmo acontece com os olhos que vêem passar o rio.
Os eléctricos retrocedem a um passado lento de carroças,
os plátanos minguam até serem semente ou sílabas de luz,
a chuva se levanta das poças para cair até acima
e os beijos voltam às suas bocas, e os poemas ao silêncio,
como no princípio do mundo antes de ser mundo.

E volto sobre os meus passos até ao bairro de Alfama
com as roupas folgadas como os adjectivos excessivos.
Pelo caminho corro e perco os sapatos, tropeço.
Entro na casa recôndita e ao fundo do tempo,
sobre os azulejos degradados de outra época
estão os relógios a arder, o fumo voltando para a chama
e minha mãe recordando as passagens das nossas vidas
para me dizer num português desdentado de 1755:
“Agarra-te, meu filho, às asas da manhã;
agora vamos entrar no terramoto”.


Victor Reis, desde Charneca da Caparica, en Almada (Portugal), ha realizado esta traducción libre (pero bastante fiel) del poema "Los relojes del British Bar de Lisboa", perteneciente a mi libro Fundido en negro (DVD, 2007). Desde aquí le doy las gracias: obrigado, Victor. Para los que no dominen bien la lengua portuguesa (como es también mi caso) y no conozcan el original en castellano, aquí está:


LOS RELOJES DEL BRITISH BAR DE LISBOA

En el British Bar los relojes giran al contrario
y Lisboa entera se sumerge como un nadador
que se aventurara de noche contra la corriente.
En el British Bar un exceso de alcohol y de tristeza
(ese clima mustio que aquí todo lo esponja o amortaja)
rebobina la sangre en las venas y al final, algo mareado,
pides la cuenta como quien pone cercas a la sed.
Y ves al camarero acudir y encallar en sus saudades
porque no le cuadran los números de la fatalidad:
El tiempo se le enreda sin remedio entre los dedos.

Y sales, salgo del British Bar como de una magia
y me hallo de repente en una calle desconocida
con cincuenta, cien años menos y el mundo cambiado
lo mismo que cambian los ojos de quien ve pasar un río.
Los tranvías retroceden a un pasado lento de calesas,
los plataneros menguan hasta ser semillas o sílabas de luz,
la lluvia se levanta de los charcos para caer hacia arriba
y los besos vuelven a sus bocas, y los poemas al silencio,
como al principio del mundo antes de ser mundo.

Y vuelvo sobre mis pasos hasta el barrio de Alfama
con las ropas holgadas como adjetivos excesivos.
Por el camino corro y pierdo los zapatos, me tropiezo.
Entro en la casa recóndita y al fondo del tiempo,
sobre los azulejos arruinados de otra época,
están los relojes ardiendo, el humo volviendo sobre la llama
y mi madre destejiendo los puntos de nuestras vidas
para decirme en un portugués desdentado de 1755:
“Agárrate, hijo mío, a las asas de la mañana;
ahora vamos a entrar en el terremoto”.


3 comentarios:

  1. Amigo Jesús
    Muchas gracias por haberes publicado mi podesta traducion de tu poetentoso poema.

    Los dos amamos lo British Bar, en Lisboa... y por aca invicto lodos los tuyos lectores a toamren una copa ("um especial somente com gelo") [uno especial solamente con hielo] que jamais lo olvidaran.

    Un abrazo de amistad.

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  2. Precioso poema hallado por casualidad.

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  3. llego a tu poema leyendo a Vila-Matas. En este mundo pandémico solo quisiera, en este momento, poder levantarme de una de las mesas del bar y salir "como de una magia". En el mientras tanto, escribo y leo, leo y escribo, y así viajo. Saludos

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